Escultor y pintor, considerado el introductor del abstraccionismo en Colombia, Eduardo Ramírez Villamizar estudió arquitectura en la Universidad Nacional de Bogotá entre 1940 y 1943. Al abandonar la arquitectura, se inició en la pintura por medio del expresionismo. En 1947 realizó dos exposiciones con Edgar Negret en la Universidad de Cauca y en el Palacio de Bellas Artes, en Cali. Residió en París entre 1950 y 1952, momento en que su pintura, que funcionó como una preparación para sus esculturas libres, se encaminó hacia el abstraccionismo y la geometría. Hizo diversos viajes a Nueva York, París, Madrid y Roma. En 1957 comenzó a dar clases en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá y un año después concluyó un mural para el Banco de Bogotá, combinando elementos geométricos y diseños de inspiración precolombina. Entre 1959 y 1964 produjo relieves, al principio blancos, pero que progresivamente tomaron relaciones cada vez más complejas y ganaron colores.
El carácter arquitectónico y espacial estuvo siempre presente en su obra. En 1958 recibió el Premio Guggenheim, y, al año siguiente, el primer premio de pintura del XII Salón de Artistas Colombianos, que volvió a premiarlo en 1966. En 1957 y 1959 participó de la IV y V Bienal de São Paulo, a la cual volvió tres veces más, en la VII, en la X (en la que se le adjudicó una sala entera y el segundo premio de escultura) y en la XIX. Además, en 1959 participó de la muestra South American Art Today, del Museo de Dallas, en los Estados Unidos. Durante los años 60 y 70 intervino activamente en el movimiento escultórico internacional, con sede en Nueva York. Participó de la exposición Artistas Latinoamericanos (1966) en el museo de Arte Moderno de Nueva York. Muchas de sus principales obras se encuentran en los Estados Unidos, como la escultura From Colombia to John F. Kennedy, expuesta en los jardines del Kennedy Center, en Washington.
En 1983, luego de un viaje a los Andes peruanos, elaboró la serie Recuerdos de Machu Picchu, que aludía, en los diversos planos articulados de la obra, a los muros, terrazas, caminos y canales de irrigación de la arquitectura incaica. A partir de 1984 trabajó principalmente con esculturas de hierro y, entre 1989 y 1990, también con madera. En 1990, por su iniciativa, se creó el Museo de Arte Moderno Ramírez Villamizar, en la ciudad de Popayán, que cuenta con gran parte de su obra y de otros artistas colombianos.