Entre la familia, libros y actividades en el área de la cultura de su ciudad natal, Divinópolis, su obra no dialoga con el experimentalismo ni con el compromiso ideológico de los años 70 ni tampoco con la lucha feminista de la escritora Marina Colassanti. Asumiendo una postura muy particular en las letras brasileñas, presenta una visión de mundo cercana a la de Manoel de Barros y Mário Quintana, pues afirma ver lo cotidiano como la condición misma de la literatura.
Su primer libro, Bagagem (1976), cuyo manuscrito envió al poeta Affonso Romano de Sant’Anna, fue considerado fenomenal por Carlos Drummond de Andrade. Sin embargo, la crítica de la época no fue generosa con su obra, ya que la acusó de superficial y populista. Fiel a la concepción del poeta como instrumento de Dios, en 1978 publicó O coração disparado y en 1979 su primera obra en prosa, Solte os cachorros, respondiendo a la preocupación de la novelista Lya Luft de cómo escribir “sobre lo que imaginaba ser una mujer simple”, sin someterse a ninguna forma de opresión.
En 2005 publicó Quero minha mãe (prosa); en 2010, A duração do dia (poesía); y en 2011, Carmela vai à escola (infantil). En 2013 lanzó Miserere (poesía), que fue indicado al premio Jabuti 2014. Otra obra: Oráculos de maio (1999).