El Frente para la Victoria (FpV) es una fuerza política argentina que surgió como alianza electoral en el 2003, con el objectivo de lanzar a Néstor Kirchner como candidato presidencial en las elecciones de aquél año. Fue la manera encontrada para diferenciar Kirchner del otro candidato peronista, el ex presidente Carlos Menem, del Partido Justicialista. En aquél momento había un enfrentamiento en el interior del partido entre las alas menemista y duhaldista. Eduardo Duhalde governaba entonces en carácter provisional, una vez que había asumido la presidencia luego de la crisis del 2001, que había llevado a la renuncia del ex presidente De La Rua.
El FpV se presentó en la campaña electoral con una declaración de principios que tenía como slogan: “La Argentina, convicción y capacidad para construir un nuevo país”. Kirchner fue electo presidente con el 22% de los votos válidos. Carlos Menem abandonó la disputa al darse cuenta, a través de encuestas electorales, que no saldría ganador en las elecciones. La alianza política de centroizquierda que había apoyado Kirchner era formada, en un primer momento, por una parte importante del peronismo, cuyos integrantes, como el mismo Duhalde, no se ajustaban ideologicamente a la FpV. Ellos debandaron así que Kirchner anunció las primeras medidas confrontando a los poderes corporativos. Otros dirigentes de partidos y agrupaciones que acompañaron el movimiento kirchnerista provenían de las filas del radicalismo (Unión Cívica Radical), los nombrados radicales k, del socialismo, del comunismo y del humanismo.
En la disputa presidencial del 2007 la coalición presentó la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner, esposa de Néstor, que sería electa para el periodo de 2007 a 2011. En las elecciones de 2011 Cristina se reeligió con un resultado histórico: 54% de los votos válidos, el más grande porcentaje desde 1973, cuando Juan Domingo Perón venció las elecciones.
En los últimos años de su primer gobierno, después de enfrentar y ganar una pulseada con el sector agroexportador y con los medios de comunicación hegemónios, Cristina salió reforzada y recibió el apoyo de outras fuerzas políticas como el Nuevo Encuentro. Con ayuda del gobierno también se creó una nueva agrupación –La Cámpora–, que recibió la adhesión mayoritaria de jóvenes recién incorporados a la política partidista. Exclusivamente kirchnerista, La Cámpora creció vertiginosamente y se volvió la más grande seguidora de la FpV, lo que le ha rendido ataques de los medios opositores.
En 2012 Cristina convocó nuevos partidos y movimientos a que se acercaran a su gestión, a se uniren a la militancia de la FpV en una gran alianza nombrada Unidos y Organizados. Ese proceso se consolidó en una FpV con la participación de fuerzas como el Partido Humanista, el Frente Grande, el Partido Comunista, el Partido Comunista (Congreso Extraordinario), el Partido Intransigente, el Nuevo Encuentro, el Partido Verde, la Convergencia K, la Corriente Nacional de la Militancia, La Cámpora, el Movimiento Evita, la Juventud Peronista, el Frente Transversal, Kolina y el Peronismo Militante.
En 2015 el Frente para la Victoria comandaba la más grande cantidad de districtos en el país y tenía la mayoría en ambas Cámaras del Congreso.