Considerado por muchos como el más importante sociólogo brasileño, Florestan Fernandes era hijo de una inmigrante portuguesa pobre y analfabeta, que trabajaba como lavandera, y no llegó a conocer a su padre, muerto poco después de su nacimiento. Comenzó a trabajar a los seis años, como ayudante de peluquero, y se vio obligado a interrumpir los estudios en tercer grado de primaria, para seguir trabajando. A los diecisiete años fue alentado a retomar los estudios por profesores del Colegio Secundario Riachuelo, quienes le consiguieron un empleo diurno. Se inscribió entonces en un curso nocturno y, en 1941, ingresó en la carrera de Ciencias Sociales de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (USP).
Para poder acompañar las clases, que en buena medida estaban dictadas por profesores extranjeros, sobre todo franceses, en su lengua original, tuvo que desarrollar una gran disciplina intelectual. En 1942 fue invitado por Roger Bastide a publicar en la revista Sociología un trabajo sobre folclore en São Paulo. A partir de 1943 empezó a colaborar regularmente con los diarios Folha de S. Paulo y O Estado de S. Paulo. En 1944, Fernando Azevedo lo invitó a ser su asistente segundo en la cátedra de Sociología II. En 1945 ingresó en el posgrado de Sociología y Antropología de la Escuela Libre de Sociología y Política de São Paulo. Vinculó, pues, los fundamentos teóricos de la sociología a los pensadores clásicos y a una rigurosa preocupación con la investigación empírica para interpretar la realidad brasileña. Esa preocupación se manifestó no sólo en sus trabajos sobre folclore, sino también en su estudio sobre la organización social de los tupinambás, publicado ese mismo año y con el cual obtuvo el título de magíster en 1947 y el premio Fábio Prado en 1948. Prolongó sus reflexiones sobre los tupinambás en el análisis de la función social de la guerra en esa sociedad, lo cual le otorgaría, en 1951, el título de doctor en la USP.
Rigor en la investigación
Al ocupar la cátedra de Sociología I en reemplazo de Roger Bastide, armó un equipo de investigación, del cual participaron Fernando Henrique Cardoso, Octavio Ianni, Maria Sylvia de Carvalho Franco, Luiz Pereira, Leôncio Martins Rodrigues, Sedi Hirano, Gabriel Cohn y Lourdes Sola, entre otros, para la creación de una sociología brasileña basada en una rigurosa investigación empírica. Animado por ese propósito, publicó Apontamentos sobre os problemas de indução na sociologia (1952), Fundamentos empíricos da explicação sociológica (1958) y Ensaios de sociologia geral e aplicada (1959).
Más que crear una escuela de pensamiento sociológico, Florestan Fernandes formó un grupo capaz de combinar la investigación empírica sistemática de las condiciones sociales de Brasil con los marcos teóricos clásicos del pensamiento sociológico (de Comte, Durkheim, Marx y Weber a Mannheim). Para él, no era tarea de los sociólogos de las regiones subdesarrolladas competir con los de los grandes centros, sino asimilar sus resultados y concentrar sus propios esfuerzos en la investigación empírica de los problemas fundamentales de sus regiones, generando especializaciones en la teoría sociológica relativa al capitalismo subdesarrollado y a Brasil. Esa preocupación constituyó la base de su sociología militante, dedicada al desarrollo teórico y a la solución de los problemas sociales y dilemas teóricos del país. Una de las condiciones que había establecido para el funcionamiento del grupo de investigación que dirigió era el rechazo al financiamiento internacional. Eso sería importante para garantizar la autonomía y la creatividad del pensamiento.
Las investigaciones que realizó o coordinó sobre los negros en Brasil, o sobre la mentalidad del empresariado industrial, hicieron que abandonase progresivamente las ilusiones de que la burguesía industrial brasileña podría realizar una revolución nacional democrática similar a la realizada en los países centrales. Forman parte de este período de transición obras como A sociologia numa era de transformação social (1963), A integração do negro à sociedade de classes (1964) –tesis para profesor catedrático en Sociología I– y Sociedade de classes e subdesenvolvimento (1968).
En 1969, Florestan Fernandes fue privado de sus derechos políticos por el Acto Institucional n.º 5 (AI-5), y fue apartado obligatoriamente de la USP. Logró salir del país gracias a las manifestaciones de solidaridad del exterior, sobre todo de la Universidad de Toronto, del gobierno de Canadá y de militantes. Se convirtió en profesor titular de la Universidad de Toronto, pero volvió a Brasil en 1972.
En ese período escribió una obra fundamental, A revolução burguesa no Brasil (1974), en la cual optó por un abordaje propio acerca de la dependencia, mezclando los conceptos de clases y estamentos. Para él, los orígenes estamentales latinoamericanos, provenientes de sus raíces coloniales, se habrían fusionado con la sociedad de clases e impedido a las burguesías latinoamericanas liderar la instauración de un orden social competitivo, capaz de proporcionarles legitimidad interna o soberanía y poder internacional.
Analizando el caso brasileño, Fernandes declaró que la revolución burguesa limitó el conflicto al campo económico, combinándose con la reutilización de la prepotencia y el patrimonialismo locales. El proceso habría producido una burguesía heterogénea, que cedería el dinamismo tecnológico interno al capital extranjero y aceptaría un papel subordinado en la acumulación de capital, compensando las restricciones económicas derivadas de la subordinación con la superexplotación del trabajo. El golpe de 1964 sería un momento clave de ese trayecto.
En 1978 lo contrató la Pontificia Universidad Católica (PUC) de São Paulo, luego de un breve paso como profesor visitante en Yale. En 1979 dio un curso libre sobre la Revolución Cubana por invitación de los alumnos y de las organizaciones estudiantiles, en su vuelta simbólica a la USP, de la cual se transformó en profesor emérito en 1985. Jamás solicitó su reintegración a los cuadros de la USP, de la cual no había pedido salir.
Análisis del autoritarismo brasileño
A partir de mediados de los años 70, profundizó sus escritos sobre el modelo político brasileño y latinoamericano a la luz de la crisis del poder militar y de la redemocratización. Fue entonces cuando señaló las diferentes formas políticas que adquiría la democratización conservadora: contrarrevolución, distensión, democracia relativa y conciliación conservadora. Son significativas de su producción en dicho período obras como Circuito fechado: quatro ensaios sobre o poder institucional (1976), Apontamentos sobre a teoria do autoritarismo (1979), Poder e contra-poder na América Latina (1981), Ditadura em questão (1982), Nova República (1985) y Que tipo de República? (1986).
En 1986 ingresó al Partido de los Trabajadores (PT), y fue elegido diputado constituyente. Fue reelegido para la Cámara de Diputados en 1990. De junio de 1989 a agosto de 1995 tuvo una columna semanal en el diario Folha de S. Paulo. Escribió también obras como Pensamento e ação: o PT e os rumos do socialismo (1989) y Em busca do socialismo (1995).
Con la salud deteriorada –en 1975, debido a una cirugía, había contraído la hepatitis C al recibir una transfusión de sangre contaminada, y que derivó en una cirrosis hepática–, rechazó los privilegios ofrecidos por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso para tratarse en los Estados Unidos. En febrero de 1995, luego de descomponerse, con una hemorragia interna, fue encontrado por su hijo esperando ser atendido en la fila de un hospital público. Al preguntársele por semejante actitud, Florestan Fernandes argumentó que había ido al hospital público porque era empleado público y que no prefería hacer fila, pero había otras personas delante de él. Internado en el Hospital de Clínicas, en São Paulo, para un trasplante de hígado, falleció el 10 de agosto de 1995, por fallo múltiple de los órganos como consecuencia de la cirugía.