La Confederación de Trabajadores de Perú (CTP) es fruto de la acción de una importante corriente política que creció en el país luego del debilitamiento de las corrientes anarquistas: la Alianza Popular Revolucionaria (APRA), fundada en 1924 por Haya de La Torre, quien defendía la necesidad de contar con un frente antiimperialista y de consolidar un capitalismo nacionalista que tuviera una fuerte presencia del Estado y que, sobre todo, fuera dirigido por los estratos medios de la sociedad. El APRA se transformó en partido político en el año 1931.
En 1944 el APRA y el Partido Comunista peruano fundaron la CTP luego de firmar el Pacto Sindical de Santiago en un marco de colaboración de clases en virtud de la lucha contra el fascismo. A partir de 1945, la CTP quedó bajo el control aprista.
En las décadas de 1950 y 1960, el aprismo adoptó una postura más conservadora, con el fortalecimiento de las corrientes favorables a la negociación y a la colaboración con el gobierno. La consecuencia en el campo sindical fue que la CTP pasó a defender al sindicalismo “libre y democrático” vinculándose con la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT, una entidad de apoyo al bloque occidental durante la Guerra Fría) y cooperando con el gobierno de los Estados Unidos en el combate al comunismo.
En la década de 1990, a la CTP y a la Confederación General de Trabajadores de Perú (CGTP, fundada en 1968) se le sumaron otras dos centrales: la Confederación Autónoma de Trabajadores de Perú (CATP) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). En julio de 2004, todas ellas unieron esfuerzos con el propósito de promover una paralización general en protesta contra la política económica y la corrupción del gobierno, además de la escalada de los niveles de desempleo y de la miseria por los que atravesaba la población.