Las cinematecas constituyen una tradición heredada por algunos países de América Latina. La Cinemateca Uruguaya, localizada en Montevideo, es considerada una de las principales y más completas de la región, pues archiva un número significativo de grandes obras de la cinematografía mundial. En Brasil, las principales son la Cinemateca del Museo de Arte Moderno (MAM) de Río de Janeiro y la Cinemateca Brasileña de São Paulo. Ambas atraviesan en la actualidad diversas crisis a causa de la falta crónica de presupuesto. Sin embargo, existen también en el país otras cinematecas de pequeño porte dignas de mención, como la Guido Viaro en la ciudad de Curitiba. Capitales de otros países, como Buenos Aires (Cinemateca Argentina), la Ciudad de México (Cinemateca Nacional), La Habana (Cinemateca Nacional), y también Bogotá, Caracas y Lima, mantienen sus archivos activos. Además de poseer registros documentales y ficcionales de las distintas etapas de la filmografía de sus respectivos países, estas instituciones albergan copias de importantes obras de la historia del cine mundial, los llamados clásicos. En su acervo se pueden encontrar materiales documentales, declaraciones, recortes de periódicos, revistas y bibliotecas que constituyen la memoria del cine regional e internacional. Estas cinematecas cuentan con salas de proyección, realizan intercambios de copias, conferencias y debates, y publican en materiales gráficos y en formato digital estudios y documentos relevantes para aquellos vinculados a la actividad.