En los tiempos de la dictadura somocista estuvo en prisión y se salvó de la muerte gracias a la solidaridad de los movimientos sociales nicaragüenses.
Durante los años de la Revolución Sandinista en el poder, Tomás Borge Martínez se desempeñó como ministro del Interior, cargo desde el cual se ocupó de la seguridad del Estado revolucionario. Fue uno de los dirigentes más criticados por la oposición burguesa nicaragüense y por el gobierno estadounidense.
Actualmente es vicesecretario y miembro de la dirección nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), así como diputado en el Parlamento Nacional. Era conocido por su oratoria poética, muy exaltada en los discursos revolucionarios. Murió a los 81 años.