El reconocimiento de la producción literaria femenina se consolidó, entre otras, con Rosario Castellanos, y fue confirmado en los números por los volúmenes vendidos en todo el mundo por la escritora chilena Isabel Allende. Su primer libro, La casa de los espíritus (1982), traducido a más de 25 idiomas, alcanzó una divulgación sólo comparable a la de otro latinoamericano, el brasileño Paulo Coelho. El golpe militar de 1973 llevó a su familia a exiliarse en Venezuela, donde la escritora colaboró en El Nacional de Caracas en carácter de periodista, actividad que –afirma– es su verdadera vocación. Regresó a Chile, ya bajo gobierno democrático, después de quince años para recibir el premio Gabriela Mistral.
También participa de programas televisivos, escribe columnas humorísticas, crónicas, teatro y cuentos infantiles, con una increíble variedad de temas y estilos. Dice haber aprendido de Pablo Neruda a usar los cinco sentidos para escribir. Publicó, entre otros títulos, De amor y de sombra (1984), Afrodita (1997), La suma de los días (2007), La isla bajo el mar (2010), El cuaderno de Maya (2011) y El juego de Ripper (2014).