En la historia del teatro guatemalteco moderno, la consolidación de una dramaturgia crítica está ligada al trabajo de un grupo formado en el ambiente universitario, la Compañía de Arte Dramático de la UP (Universidad Popular). El elenco tenía como líder al director Rubén Morales Monroy, quien asumió en 1963 la conducción escénica del proyecto. Fue así como, en los años 70, el Teatro de la UP se especializó en montar obras de algunos de los más críticos dramaturgos de Guatemala, como Manuel Galich, Manuel José Arce y Hugo Carrillo, este último, celebrado por la adaptación de la novela de Miguel Ángel Asturias, Señor Presidente (1974).
La representación de esa pieza fue un hito para el teatro guatemalteco por romper con los modelos de realismo popular del grupo de la UP e instaurar una escena moderna de tendencias épicas. El proceso de politización del teatro guatemalteco en el año siguiente generó una gran represión policial y una diáspora de los mejores artistas de la generación. Arce se exilió en México, y más tarde en Francia, donde murió en 1985. Carrillo, luego de vivir en el exilio varios años, regresó a Guatemala en los años 90, donde murió cuatro años después. La Compañía de Arte Dramático de la UP continúa siendo una de las referencias del teatro en Guatemala y mantiene su trabajo asociado al Festival de Teatro Guatemalteco, el más importante del país.