En la pequeña aldea de Oxolotán (“morada del jaguar”), región de Tabasco, en el sudeste mexicano, la directora teatral María Alicia Martínez Medrano creó, en 1983, con el apoyo de los sectores educativos del gobierno regional, el Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena. La propuesta de Martínez Medrano era que los campesinos practicasen el teatro como técnica de acceso a sus propias tradiciones e intereses. Su sede es una escuela que ofrece un curso planificado de cuatro años, al final de los cuales el alumno-artista se capacita para formar otros laboratorios teatrales comunitarios.
En 1985, con el estreno de una versión oxoloteca de Bodas de Sangre, de Federico García Lorca, el Laboratorio ganó repercusión internacional. El montaje, representado hasta hoy, recorrió diversos países. Martínez Medrano, que estudió teatro en los años 50 y 60 con importantes artistas como el japonés Seki Sano, introductor de Konstantin Stanislavski en México, aplicó el legado de sus maestros en su forma de escenificar. Su método se basa en improvisaciones sobre acciones físicas, en formaciones corporales inspiradas en la biomecánica y en cuadros narrativos. Otro espectáculo conocido del grupo es La tragedia del jaguar, basada en relatos de tradición oral recogidos en la comunidad. Dramaturgos como Sergio Magaña, Elena Garro y Emilio Carballido también fueron llevados a escena por el grupo de estudiantes del Laboratorio. Aunque desde el principio haya recibido una ayuda económica del gobierno mexicano, Medrano Martínez parece haber resistido históricamente al riesgo de instrumentalización, a punto de enfrentar duros cortes en los apoyos de los últimos gobiernos. Esto no le impidió continuar su trabajo de formación cultural.
Hasta 2015, el Laboratório de Teatro Campesino e Indígena había dado lugar a otros veinte laboratorios del tipo. En 2013, el estado de Yucatán fue reconocido como siendo de relevancia cultural para el turismo por perpetuar la expresión cultural maya, gracias al trabajo desarrollado por Maria Medrano. Durante los meses de enero, febrero y marzo, como se ha tornado tradición, el Laboratório escenifica El momento sagrado de los mayas, que cuenta con la participación de 270 artistas.