Ceramista del Nordeste brasileño, Vitalino Pereira dos Santos, Mestre Vitalino, comenzó a modelar la cerámica siendo todavía niño con las sobras de barro de los utensilios fabricados por su madre. Sus piezas, de estilo figurativo, que retrataban la vida cotidiana del hombre del sertón y las escenas de la vida rural y urbana del Nordeste, se vendían en la famosa feria de Caruaru. Descubierto por el artista plástico Augusto Rodrigues, expuso sus cerámicas por primera vez en Río de Janeiro, en 1947. De su producción, estimada en cerca de 130 piezas, cuidadosamente guardadas por la familia, se destacan: Família de retirantes, Mulher com lata d’água na cabeça, Mulher apanhando algodão, Casa de farinha, Noivos (casamento a cavalo), Vaqueiro derrubando o boi, Agricultor voltando da roça, Vaquejada, Banda de pífanos, Lampião e Maria Bonita, São Francisco cangaceiro, Bumba-meu-boi y Cangaceiros. Mestre Vitalino tuvo dieciocho hijos, de los cuales sólo cinco llegaron a la vida adulta. Falleció, pobre, en su casa de Caruaru, víctima de la viruela.