Villanueva, Carlos Raúl

Londres (Inglaterra), 1900 - Caracas (Venezuela), 1975

A pesar de su formación académica canónica –se graduó en arquitectura en la École des Beaux Arts de París (1928)–, Villanueva fue el líder de la renovación arquitectónica venezolana en la década de 1930. Regresó al país en 1929 y sus primeras obras –realizadas durante la dictadura de Juan Vicente Gómez– aún conservaban componentes historicistas: la mudéjar Plaza de Toros en Maracay (1933) y el clásico Museo de Bellas Artes en Caracas (1935). Con la muerte de Gómez, el regreso a la democracia originó múltiples iniciativas urbanísticas y arquitectónicas: una de ellas fue la invitación de Maurice Rotival para elaborar el plan director de Caracas, en cuyo equipo participó Villanueva. También diseñó con Luis Malaussena el pabellón neocolonial de Venezuela en la Exposición Internacional de París (1937). En 1939 construyó la escuela Gran Colombia, primer ejemplo de racionalismo ortodoxo en Caracas. El presidente Medina Angarita decidió erradicar un barrio insalubre en el centro de la capital y Villanueva fue el encargado del proyecto de urbanización El Silencio (1941), obra que sintetizó los enunciados del movimiento moderno y al mismo tiempo estableció el vínculo con la ciudad tradicional y logró absorber la dinámica funcional popular dominante en el área central. En 1944 con la iniciativa de construir la Ciudad Universitaria de Caracas, le fue solicitada la propuesta del plan maestro y el proyecto de los primeros edificios, como el Hospital Clínico. Al completarse la totalidad de los edificios del conjunto en los años 50, Villanueva propuso un cambio radical en el trazado rígido del esquema original. En los nuevos proyectos asumió el lenguaje “brutalista” del hormigón armado a la vista, de influencia lecorbusierana; introdujo el uso del color como elemento identificador de las diferentes escuelas; creó un sistema de galerías cubiertas para los peatones, e invitó a los artistas abstractos más prestigiosos, locales y extranjeros, para lograr la “integración de las artes” en el campus. Participaron Jesús Soto, Alejandro Otero, Wifredo Lam, Henri Laurens, Jean Arp, Fernand Léger, Antoine Pevsner, Victor Vasarely, entre otros. El clímax del conjunto fue logrado en la plaza seca del Aula Magna, cuyo interior contiene los cromáticos platillos voladores de Alexander Calder (1955). La espectacularidad de esta obra le valió el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad concedido por la Unesco en el año 2000. Al lado de Brasilia (1987), es una de las dos únicas obras modernas seleccionadas en la región. Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1948-1958), el gobierno llevó a cabo un ambicioso plan de construcción de viviendas que benefició en Caracas a casi 200.000 habitantes. Villanueva estuvo a cargo del proyecto de los conjuntos habitacionales conformados por bloques de apartamentos, esparcidos por los cerros de la ciudad donde habían sido desalojadas las viviendas precarias: El Paraíso, Cerro Piloto, 23 de Enero. Aunque desde el punto de vista social hayan surgido problemas de adaptación, el diseño respondía a los paradigmas de la vanguardia arquitectónica internacional. En los años 60 Villanueva completó nuevos edificios de la Ciudad Universitaria, proyectó la ampliación del Museo de Bellas Artes (1966) y el abstracto pabellón de Venezuela en la Expo 67 de Montreal. Recibió múltiples reconocimientos nacionales y extranjeros por la obra realizada a lo largo de su vida.

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La Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, proyecto de Villanueva (The Photographer/Wikimedia Commons)
por admin Conteúdo atualizado em 21/05/2017 22:37