El Movimiento Indígena Pachakuti (MIP) es la organización político-electoral dirigida por el líder indígena Felipe Quispe.
Se fundó en el año 2000, inmediatamente después de las grandes revueltas y los bloqueos de caminos protagonizados por campesinos en octubre del mismo año. El MIP tiene su fuerza electoral en las comunidades indígenas aimaras del altiplano, donde el discurso indianista encuentra su mayor arraigo. Del mismo modo que el MAS, su capacidad electoral se apoya en la adhesión orgánica de sindicatos y comunidades agrarias que votan colectivamente por candidatos electos previamente en asamblea.
La primera participación electoral del MIP, con la candidatura de Felipe Quispe, fue en las elecciones generales de 2002, cuando obtuvo el 6% de la votación a nivel nacional, al concentrar sus votos en las zonas urbanas y rurales aimaras de la provincia de La Paz. En las elecciones municipales de 2004, su electorado se redujo al 2,4%, aunque obtuvo el control de un importante número de municipios rurales indígenas aimaras del altiplano.
El Movimiento Indígena Pachakuti es la continuación electoral directa de las experiencias indianistas y kataristas de los años 80, que entonces no pudieron superar el 1,5% del apoyo electoral, aunque ahora esa presencia política se deba a una radicalización de la identidad nacional aimara desarrollada en los últimos años.
El discurso político del MIP oscila entre la propuesta de instalación de un gobierno de indígenas para todo el país y la implantación de un autogobierno indígena aimara en las zonas del altiplano donde esta nacionalidad es mayoritaria. Es posible hablar, por lo tanto, de un partido con nítidas tendencias nacionalista-indígenas, por lo que ha logrado una adhesión electoral importante en la región aimara de la provincia de La Paz pero, a su vez, una presencia débil en otras regiones indígenas quechuas o de tierras bajas.
Con respecto al modelo económico propuesto para reemplazar al neoliberalismo, el MIP propone una revitalización de las tradicionales organizaciones comunitarias (el ayllu) con formas de propiedad y trabajo colectivos, pero apoyados en los modernos sistemas productivos y tecnológicos. En ese sentido, se habla de una sociedad de “indios posmodernos”, capaces de generar una inserción diferente en el mundo global.
Aunque los dirigentes del MIP rechacen la clasificación de “izquierda”, porque consideran que esa denominación se encuentra asociada a la antigua izquierda marxista boliviana, que se oponía a la introducción de la temática indígena en la lucha política, en términos sociológicos y dentro del campo político se puede ubicar al MIP a la izquierda del MAS, tanto en sus consignas como en sus proyectos de transformación del país.
En las movilizaciones de los últimos años, el MIP ha formado parte del polo más radical de las revueltas, defendiendo la nacionalización de los hidrocarburos y la necesidad de instalar un gobierno indígena, lo que ha llevado al MAS a tener que inclinarse reiteradamente hacia posiciones más radicales para no perder su base social, propicia para recibir la influencia de discursos situados más a su izquierda.
En términos históricos, el MIP, así como el MAS, representa la segunda línea contemporánea de partidos de base indígena. A diferencia de lo que ocurría antes con los otros partidos indianistas de los años 80, la marginalidad política de la representación electoral indígena se quebró, se dieron pasos significativos para transformar a la mayoría demográfica de los indígenas del país en mayoría política, y surgió la posibilidad real de que un indígena fuera elegido democráticamente para presidente.
Al obtener solamente el 1,6% de los votos en las elecciones presidenciales de diciembre de 2005, Felipe Quispe anunció la disolución del movimiento.