De origen belga, Jean Marie Faustin Godefroid Havelange dedicó la mayor parte de su vida a los deportes, como jugador y dirigente. Participó dos veces en los Juegos Olímpicos, primero como nadador en 1936 y más tarde como miembro del equipo de polo acuático, en 1952. En 1956 fue jefe de la delegación brasileña en los Juegos de Melbourne. Recibió numerosas condecoraciones por los servicios prestados al deporte, entre ellas la de Caballero de la Legión de Honor (Francia), la Orden de Mérito Especial de Deportes (Brasil) y la Gran Cruz de Isabel la Católica (España). En 1974 fue elegido presidente de la FIFA para suceder a sir Stanley Rous, y se convirtió así en el primer latinoamericano en dirigir la entidad. Después de cinco sucesivas reelecciones abandonó el cargo en 1998, dejando a Joseph Blatter como su sucesor.
Entre las acciones más importantes de la FIFA bajo la dirección del brasileño se destaca el aumento de equipos participantes en el Mundial de Fútbol, que pasaron de 16 a 24 (en España, 1982) y más tarde a 32 (en Francia, 1998). Asimismo, como director de la FIFA impulsó la creación de campeonatos mundiales juveniles en 1977 (para los jugadores menores de veinte años) y del campeonato sub-17 en 1985, además de fomentar el desarrollo del fútbol femenino y de los torneos de fútbol de salón. En los años 70, Havelange creó programas para el desarrollo del fútbol en los países del Tercer Mundo. Los buenos resultados obtenidos por los equipos africanos y asiáticos en los Mundiales de la especialidad dan cuenta del éxito de tales esfuerzos. En 1988 fue candidato al Premio Nobel de la Paz. Sin embargo, su actividad al frente de la FIFA –que siempre prefirió el éxito comercial a la ética deportiva– estuvo teñida de sospechas de corrupción.
La presidencia de Havelange en la FIFA coincidió con el período de explosión del fútbol considerado como un negocio, a nivel mundial. En 1978 apoyó la realización del Mundial en la Argentina, a pesar de la presencia de la dictadura militar en este país, y fue sospechoso de apoyar los negocios ilícitos del contralmirante argentino Carlos Alberto Lacoste, a quien después nombraría vicepresidente de la FIFA. En 1993 protagonizó una gran controversia con Pelé, cuando el ex jugador brasileño denunció la corrupción en la Confederación Brasileña de Fútbol (dirigida por Ricardo Teixeira, yerno de Havelange). Por ese motivo, Havelange prohibió la participación del mayor ídolo de la historia del fútbol brasileño en el sorteo del Mundial de 1994. Havelange es accionista de Viação Cometa, una de las tres mayores empresas de ómnibus de Brasil, y de la industria química ORWEC.
En 2011, renunció al puesto de miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) para evitar la conclusión de las investigaciones que involucraban a su nombre en el escándalo de pagamento de sobornos por la agencia de marketing deportivo ISL. En 2013, por la misma razón, renunció al cargo de presidente honorario de la FIFA.