Curaçao
Curaçao

Curaçao

Nombre oficial

Land Curaçao

Localización

Mar Caribe, 
al norte de Venezuela 

Estado y Gobierno

Estado autónomo integrante
del Reino de los Países Bajos 

Idiomas

Papiamento, holandés e inglés (oficiales)

Moneda

Florín de las Antillas Holandesas

Capital

Williemstad
(145.000 hab. en 2014)*

Superficie

444 km² *

Población

148.406 (2015)*

Densidad 
demográfica

342 hab./km² **

Distribución de la población

Urbana (89,3%) y 
rural (10,7%)*

Religiones

Católicos (72,8%), pentecostales (6%),
protestantes (3,2%), adventistas (3%),
otros (15,2%)

PBI per cápita

US$ 15,000 (2004 est.)*

Elecciones

El jefe de Estado, rey Willem-Alexander, nombra su representante, el gobernador-general. Las elecciones legislativas ocurren cada cuatro años para el parlamento unicameral compuesto por 21 escaños. El partido que obtiene mayoría indica el primer ministro.

Fuentes:
CIAWorld Factbook
** Banco Mundial

En octubre de 2010, las Antillas Holandesas fueron disueltas como entidad política autónoma unificada. Las cinco islas que la conforman pasaron a tener una nueva condición político-administrativa. Fue así como Curaçao, y también Saint Martin, se convirtieron en un estado autónomo. Las tres islas más pequeñas, Bonaire, Saba y San Eustaquio, ganaron estatus de municipios independientes. Todos, sin embargo, continuaron siendo miembros del reino de los Países Bajos.

Curaçao tuvo un papel protagónico entre las islas hermanas desde que eran conocidas como Indias Occidentales. En sus inicios la región estuvo poblada por los indios caquetíos, de la familia lingüística arahuaca, predominante en el Caribe. Fueron los primeros en establecer contacto con el español Alonso de Ojeda, que llegó allí en 1499.

Portugueses, ingleses, franceses y holandeses navegaron por la región aprovechando el relativo desinterés español por las islas y su mayor preocupación por La Española (donde se sitúan Haití y la República Dominicana).

En 1636, durante el período de lucha por la independencia de Holanda ante España, las islas quedaron incorporadas al imperio colonial holandés. El ingreso de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales marcó el comienzo de la efectiva explotación económica.

Instalados en Curaçao en 1642, los administradores de la compañía se preocuparon en hacer de las Indias Occidentales un puesto productor de bienes que atendiera las necesidades del comercio holandés. Introdujeron las landhuizen, las estructuras habitacionales comunes hasta el día de hoy en la región­. Y con el conocimiento adquirido en los territorios conquistados por los portugueses en el nordeste brasileño, comenzó un proceso todavía más importante, el de la cultura azucarera.

Por otro lado, las Indias Occidentales especialmente Curaçao se convirtieron en un importante emporio del tráfico negrero, que abastecía al Caribe de esclavos africanos.

La expulsión de los holandeses del Nordeste brasileño en 1654 resultó en la migración de judíos que abandonaron Recife (Brasil) y se asentaron en Curaçao, formando una de las más antiguas comunidades judaicas del continente. A comienzos del siglo XVIII, la población judía en Curaçao llegaba a casi 2.000 personas. En 1732 se construyó la primera sinagoga en Willemstad (principal ciudad de Curaçao y entonces capital de las Indias Occidentales), que todavía está en funcionamiento.

En las décadas que siguieron, las Indias Occidentales se convirtieron en uno de los puntos comerciales caribeños más importantes, y Curaçao fue una escala obligatoria en las rutas entre el Caribe, México y Europa. Esa posición estratégica hizo de la región un blanco fácil para franceses e ingleses durante el período de las guerras napoleónicas. Entre 1805 y 1815, los ingleses tomaron posesión de las Indias Occidentales, devolviéndolas a Holanda al terminar el conflicto con Francia. Recuperada de las guerras en Europa, Holanda conoció una nueva fase de expansión y comenzó su proceso de industrialización. Esa nueva lógica económica se transfirió a las colonias holandesas, que se adaptaron a los dinamismos del mercado capitalista. Ése fue el contexto para que en 1863 se aboliera la esclavitud en las Indias Occidentales.

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Handelskade, la famosa región costera de Willemstad, capital de Curaçao (Ray Gauss/Creative Commons)

El fin del siglo XIX estuvo marcado por la retracción económica de la región, que sólo se repondría con la llegada del petróleo. El descubrimiento de los yacimientos en Maracaibo (Venezuela) favoreció la construcción de refinerías en Curaçao y Aruba, lo que dio nuevo impulso a la economía local. 

Rumbo a la independencia

En 1936, Holanda autorizó mecanismos limitados de autogobierno para las Indias Occidentales, las cuales en 1948 pasaron a ser llamadas Antillas Holandesas. En esa época surgieron las primeras organizaciones políticas locales, como el Partido Demócrata (PD), el Partido Nacional del Pueblo (PNP), entre otros.

En 1949, Moisés Frumencio da Costa Gómez, del PNP, fue elegido primer ministro de las Antillas Holandesas. Este partido conservó por largo tiempo la supremacía política en la región, en especial luego de 1954, cuando las Antillas Holandesas se convirtieron en parte integrante del Reino de Holanda.

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Vista del crucero de los barrios Otrabanda y Punda, en Willemstad (Bgabel/Wikimedia Commons)

La ruptura en el estatuto colonial tuvo nuevas consecuencias en la región. Una de las más tensas se tradujo en el flujo migratorio de población de las Antillas Holandesas hacia Holanda, buscando mejores condiciones de vida. Esa situación afectó profundamente la economía local, con la pérdida de mano de obra calificada. La migración se acentuó con la crisis del petróleo de 1973, y esto generó tensiones raciales en Holanda a raíz de la ampliación de esa mano de obra barata. En las Antillas Holandesas, el problema de la fuerza de trabajo se resolvió, en parte, con el ingreso de miles de dominicanos que abandonaron su país, castigado no sólo por la crisis económica sino por la represión impuesta por el gobierno dictatorial.

A pesar de la crisis y a diferencia de lo que sucedió en Aruba, Curaçao continuó manteniendo sus refinerías petroleras y respondiendo a los intereses de empresas como Royal Dutch Shell. Por otra parte, se incentivó la industria turística que recibió inversiones para la construcción de complejos hoteleros, luego transformados en lujosos resorts para europeos y norteamericanos.

En el año 2004, una comisión mixta antillano-holandesa rediscutió el estatuto de las Antillas en Holanda. La evaluación de la comisión culminó con un informe que sugirió la formación de dos nuevas entidades políticas en la religión: una formada por Curaçao y Saint Martin, con mayor autonomía, y otra vinculada directamente con Holanda, compuesta por Bonaire, Saba y San Eustaquio.

A pesar de ello, el 8 de abril de 2005, en un referendo realizado en Curaçao, la población optó por una mayor autonomía con respecto a Holanda aspirando a la independencia plena. Tras el referendo se entablaron negociaciones con Holanda con la intención de separarse totalmente de Curaçao. La separación se concretó finalmente en octubre de 2010. 

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Monumento que celebra la Revuelta de los Esclavos de 1795 y al fondo una de las casas del Museo Tula, en Curaçao (Charles Hoffman/Wikimedia Commons)
 

Mapas

 

Bibliografía

  • EDIE, Carlene J. Democracy in the Caribbean: myths and realities. Westport, CT: Praeger Publishers, 1994.
  • KNIGHT, Franklin W. The modern Caribbean. Chapelo: University of North Carolina Press, 1989.
  • MAINGOT, P.; PARRY, J. H.; SHERLOCK, P. M. A short history of the West Indies. London: Macmillan, 1987.
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por admin publicado 01/09/2016 16:30, Conteúdo atualizado em 21/06/2018 10:16