Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, nacido el 18 de agosto de 1962 en Morelia, en el estado mexicano de Michoacán, es abogado y ex presidente de México (2006-2012). Se formó en derecho en la Escuela Libre de Derecho y realizó su posgrado en economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México y la maestría en Administración Pública en la John F. Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard.
Su padre, Luis Calderón Veja, fue uno de los fundadores, en 1939, del opositor Partido Acción Nacional (PAN), partido de centro-derecha por el cual fue elegido diputado federal. Desde muy joven Felipe Calderón se afilió al PAN y en 1987 fue el primer presidente de la Acción Juvenil (juventud panista).
Entre 1991 y 1994 fue diputado federal y en 1993, secretario general del PAN. En 1996 llegó a ser presidente del partido. En 2000, con la derrota inédita del PRI y la elección del panista Vicente Fox como presidente de México, Calderón desempeñó la función de líder partidario de la Cámara de los Diputados, entre 2000 y 2003, y la estratégica posición de ministro de Energía, entre 2003 y 2004. Luego de desentenderse con Fox al precipitarse en una lucha interna por la designación como presidenciable, tuvo que renunciar al ministerio, pero finalmente venció la disputa ante Santiago Creel cuando ganó la candidatura presidencial.
Tras una campaña agresiva contra el candidato favorito de centro-izquierda Andrés Manuel López Obrador (PRD), salió vencedor con una diferencia de tan sólo el 0,56% de los votos en una elección extremadamente cuestionada por fraude. El candidato perredista lideró una campaña de protesta con grandes manifestaciones y una concentración en la capital durante meses, pero luego de un recuento parcial, Calderón fue declarado oficialmente vencedor, aunque una parte considerable de la población haya considerado ilegítima la elección hasta el final de su mandato.
Para revertir los cuestionamientos, Calderón promovió una reforma electoral aprobada por los principales partidos e inició una guerra a los carteles del narcotráfico. En esta acción, auxiliada financiera y militarmente por los Estados Unidos, se emplearon, además de las fuerzas policiales, 45.000 efectivos militares mexicanos, y el resultado fue desastroso. Las cifras imprecisas de civiles muertos llegan a más de 60.000, aumentó la lucha contra los carteles y no se consiguió reducir la producción ni la venta o el consumo de drogas. Debido a la gran cantidad de violaciones de los derechos humanos se presentaron denuncias ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por torturas, violaciones y ejecuciones.
Sin embargo, la campaña contra el narcotráfico sirvió para encubrir las acciones liberales de su gobierno, como la Ley Federal de Trabajo, que avanzó en la precarización de las relaciones de trabajo. En general, los seis años de Calderón en Los Pinos estuvieron marcados por su incapacidad para concretar sus principales promesas de campaña, en particular la que promulgaba su eslogan electoral, la de ser “El presidente del empleo”, pues mantuvo las tasas de desempleo en niveles muy altos.