Consagrada como la mejor tenista latinoamericana de todos los tiempos, la paulista Maria Esther Bueno comenzó a jugar al tenis a los seis años y a los quince ya era campeona brasileña. Tenía diecisiete años cuando participó en su primera competición internacional, los Juegos Panamericanos. En 1957 ganó el Orange Bowl y al año siguiente obtuvo su primer título en un torneo de Grand Slam, al vencer en dobles en Wimbledon junto a la tenista norteamericana Althea Gibson. En 1959 conquistó los títulos de torneos individuales en Wimbledon y Forest Hills. En 1960 volvió a alcanzar la victoria en individuales y en dobles en Wimbledon (junto a Darlene Hard, de los Estados Unidos) además de obtener su primer título de dobles en Forest Hills.
Después de una lesión, la brasileña volvió al ruedo en 1962 y ganó nuevamente el título de dobles en Forest Hills, con Darlene Hard. En 1963 ambas vencieron en Wimbledon y además Bueno triunfó en los torneos individuales en Forest Hills. En 1964 ganó los dos torneos y en 1965 venció en Wimbledon, en dobles junto a Billie Jean Moffit. En 1966 ganó su cuarto título en los individuales de Forest Hills y otra vez conquistó la victoria en dobles en Forest Hills y Wimbledon, al lado de Nancy Richey. En 1968 volvió a ganar en Forest Hills, esta vez en pareja con Margareth Smith Court. Después de un prolongado distanciamiento, volvió a jugar en los años 70 y ganó el Abierto de Tokio en 1974.
A lo largo de su carrera, Maria Esther Bueno venció 571 torneos entre individuales y dobles, de los cuales dieciséis fueron títulos de Grand Slams. En la década de 1960, el gobierno brasileño emitió un sello postal con su imagen. En los años 70 fue incorporada al International Tennis Hall of Fame.