Pelé

Pelé

Três Corações (Brasil), 1940

Edson Arantes do Nascimento, mundialmente conocido como Pelé, nació en la ciudad de Três Corações, Minas Gerais, hijo de Celeste Arantes do Nascimento y de João Ramos do Nascimento –un ex jugador de fútbol también llamado “Dondinho”–. El sobrenombre “Pelé” se debió a la admiración que sentía el niño Edson por el arquero Bilé, del equipo en el que jugaba su padre, en la ciudad de São Lourenço (Minas Gerais). Jugando de arquero, gritaba “Bilé” cada vez que atajaba; la pronunciación infantil, sumada al acento minero, creó aquel que sería uno de los apodos más conocidos de todos los tiempos.

A los 10 años formó su primer equipo, el Sete de Setembro. Pronto fue convocado para jugar fútbol de campo en el Ipiranguina: ganó 4.500 reales en su primer “contrato” en el fútbol. Cuando el Bauru Atlético Clube (BAC) formó un equipo para muchachos de 15 años, Pelé participó de la selección junto con más de cien aspirantes y pasó a jugar en el Baquinho (como se le decía al juvenil del BAC). El técnico era el ex jugador Waldemar de Brito, que había jugado en el equipo brasileño en el Mundial de 1934. Pelé sobresalió rápidamente, y despertó el interés de algunos clubes cariocas. Doña Celeste al principio no quería que el hijo siguiera la profesión de jugador, y rechazó esa primera tentativa. Sin embargo, algunos meses después Brito lo llevó, con sólo quince años, al Santos Futebol Clube.

Éste fue el comienzo de una carrera fantástica, en el Santos y en la selección brasileña, colmada de conquistas y números prácticamente inalcanzables, entre ellos tres copas del mundo, dos títulos mundiales de clubes y más de mil goles marcados.

Considerado el más completo jugador de todos los tiempos –o simplemente el “Rey del fútbol”–, ganador de varios premios, como el de “Atleta del siglo XX”, “Deportista más notable del siglo” o “FIFA Player of the Century”, nombrado embajador por la Unesco, Ciudadano del Mundo por la ONU, Sir por la reina Isabel II, Pelé aún es, treinta años después de culminar su carrera, uno de los nombres y de los rostros más conocidos del planeta.

El Santos

Pelé debutó con la camisa del Santos el día 7 de septiembre de 1956 marcando un gol. Pero el Santos, bicampeón paulista 1955-1956, tenía un equipo de jugadores consagrados, como Zito, Pepe y Pagão: Pelé tuvo que esperar su turno jugando con los juveniles. La oportunidad apareció en 1957, y luego en su primer Campeonato Paulista como titular, donde fue el goleador, con diecisiete tantos. En su segundo Paulistão, marcó 58 goles en 38 partidos, y estableció un récord prácticamente inalcanzable. Fue el primero de sus diez títulos paulistas. En la década de 1960 el Santos estableció un reinado inigualable en el campeonato: venció en 1960, 61, 62, 64, 65, 67, 68 y 69. Pelé era el monarca absoluto, goleador (contando la década de 1950 y el último Campeonato Paulista que disputó por entero, de 1973) nada menos que once veces; alcanzó también el récord de goles en un mismo juego (8 contra Botafogo de Ribeirão Preto, en 1964) y un soñado título de invictos ante Corinthians, que duró de 1958 hasta 1968. Además, con el equipo de la Vila Belmiro (sede del Santos, en la ciudad litoral próxima de la capital paulista), también ganó cinco veces la Copa Brasil, dos veces la Libertadores de América, y dos veces el Campeonato Mundial de Clubes (1961 y 1962).

Golazo

En 1961, en un partido contra el Fluminense por el torneo Río-São Paulo, cuando el equipo paulista ya vencía por 1 a 0, Pelé recibió una pelota en el medio de la cancha y partió en dirección al arco contrario, esquivando a los adversarios. El quinto en intentar detener al “Rey” fue Jair Marinho. Después, el arquero Castilho fue alcanzado con un tiro a ras de tierra. Ante esto, sólo le restó al periodista Mário Filho (hermano de Nélson Rodrigues) mandar hacer una placa donde decía: “En este campo en el día 5-3-1961 PELÉ marcó el gol más bonito de la historia del Maracanã”.

En la década de 1960, el Santos jugaba por todo el mundo, en extensas excursiones, y frecuentemente presenciaba escenas antológicas de adoración al “Rey Pelé”. Entre las varias historias de fanatismo, algunas son memorables. En 1968, en un amistoso contra el Millonarios de Bogotá (Colombia), el estadio estaba lleno y el público que estaba allí para ver a Pelé asistió a la expulsión del “Rey” después de una confusión entre los jugadores. Inconforme, la hinchada invadió el campo y los organizadores no encontraron otra forma de resolver la situación: colocaron al 10 de vuelta en la cancha y expulsaron al juez. En 1969, durante una excursión del Santos por África, Nigeria y Biafra, que estaban en guerra, firmaron un alto el fuego de 48 horas para que los dos lados pudiesen asistir al juego.

Tricampeón

Pel_jump_1958.jpg
Pelé disputando la pelota con el goleador sueco Kalle Svensson durante la final de la Copa del Mundo de 1958, en Suecia (svt.se/Wikimedia Commons)

Pelé vistió la camisa de la selección brasileña por primera vez con apenas 17 años, y así marcó su primer gol con la “camiseta amarilla”. Convocado para la Copa del Mundo de Suecia (1958), Pelé se lastimó un poco antes del inicio del torneo. Entró apenas en el tercer partido, junto con Garrincha, y ganaron 2 a 0 contra la Unión Soviética, lo que fue una contribución decisiva para la conquista del primer título de Brasil. En la final, contra los dueños de casa, marcó dos goles (el partido terminó 5 a 2), el primero de ellos recibiendo la pelota en el pecho dentro del área y pasándola sobre la cabeza del defensor antes de patear. Con eso, a los 17 años se convirtió en el más joven campeón mundial.

En el Mundial siguiente, celebrado en Chile en 1962, Brasil era el gran favorito, y Pelé ya era considerado el mejor jugador del mundo. Sin embargo, en el segundo partido, una distensión muscular lo apartó de la contienda. Brasil, con Amarildo que reemplazaba a Pelé y principalmente con el talento de Garrincha, avanzó en la competición y en la final venció a Checoslovaquia por 3 a 1.

En el Mundial de 1966, Pelé fue marcado en el campo, y Brasil eliminado en la primera ronda. La imagen de ese Mundial fue la del crack golpeado, y cargado por el masajista Mário Américo; el partido terminó con la derrota ante la selección portuguesa del crack Eusébio.

Para el Mundial de 1970, en México, Pelé se preparó intensamente y estuvo al frente del que es considerado el mejor equipo de todos los mundiales. Con otros cracks como Carlos Alberto, Gérson, Tostão y Rivelino, Brasil venció los seis partidos y se convirtió en el primer tricampeón mundial de la historia de los mundiales. En la final contra Italia, derrotada 4 a 1, marcó de cabeza el primer gol brasileño. Curiosamente, en este mundial, algunos de los lances de Pelé que quedaron para la historia del fútbol mundial no resultaron en goles, como el toque de cabeza contra Inglaterra (la defensa de Gordon Banks es considerada una de las más difíciles de todos los tiempos), el autopase, sin tocar la pelota, ante el arquero Mazurkiewicz, de Uruguay, y el tiro en la reposición de la pelota, contra Checoslovaquia.

Los retiros

Después de obtener todos los títulos posibles, Pelé se despidió primero de la selección (en 1971, en un partido contra Yugoslavia cuando los 138.575 espectadores gritaron “Quédate, quédate” en la vuelta olímpica) y después del Santos, equipo que defendió durante casi veinte años (en 1974, después de haber jugado nada menos que 1.327 partidos y marcado 1.279 goles).

Pero seducido por una enorme cantidad de dólares y por el desafío de implantar el fútbol donde era aún desconocido, volvió a jugar en 1975, en el Cosmos de Nueva York. La liga norteamericana empezaba a organizarse y contrató algunas de las grandes figuras del fútbol –además de Pelé, al alemán Beckenbauer y al italiano Chinaglia, entre otros– con el objetivo de promover el deporte en los Estados Unidos. Al retirarse definitivamente, en 1977, el “Rey Pelé” organizó un partido de despedida entre el Santos y el Cosmos. Cerca de 700 millones de personas asistieron al espectáculo por la televisión.

El jugador también se aventuró algunas veces en el cine, como actor, y en la música. Compuso varias obras, entre ellas la banda sonora completa del filme de carácter biográfico Pelé (1977). Fue también comentarista deportivo y columnista en diversos periódicos. Su popularidad llamó la atención de los políticos: recibió ofertas para apoyar candidatos y hasta le sugirieron que se presentara como candidato a la presidencia de Brasil, lo que rehusó. Pero en 1994 aceptó el nombramiento de Secretario Especial de Deportes en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Tres años más tarde, presentó la llamada “Ley Pelé”, que entre otros aspectos pretendía eliminar la relación esclavista entre clubes y jugadores existente en Brasil. Tuvo un enfrentamiento con el entonces presidente de la FIFA, el también brasileño João Havelange, por denunciar la corrupción en el seno de la Confederación Brasileña de Fútbol, dirigida por el yerno de Havelange.

A pesar de sus posiciones políticas no siempre incisivas, Pelé es hasta hoy el símbolo mayor del deporte más popular de América Latina y considerado insuperable. Como dijo el poeta brasileño Carlos Drummond de Andrade: “Marcar mil goles, como Pelé, no es tan difícil. Marcar un gol como Pelé, sí”.

En 2014, Pelé fue homenageado por la Federación Internacional de Fútbol (Fifa) y  por la revista France Football con la Pelota de Oro de mejor jugador del mundo. El rey del fútbol recibió el premio durante la ceremonia de celebración de los mejores del año, en Zúrich, Suiza. Emocionado, confesó algo de celos por todos los que habían recibido la Pelota de Oro, premio que, hasta entonces, no poseía. "Ahora puedo decir que he completado mi colección", afirmó. La Pelota de Oro puede ser vista en el Museo Pelé, en Santos, litoral paulista, inaugurado también en el 2014, y que reúne a 2.500 piezas del acervo del Atleta del Siglo.

Contenido Relacionado
Brasil
Deporte
por admin Conteúdo atualizado em 20/05/2017 20:04